Tanto en términos de distancia como de cultura, históricamente ha existido una gran brecha entre las culturas de Occidente y Extremo Oriente. A medida que la globalización hace que nuestro planeta sea cada vez más pequeño, la distancia física parece reducirse también, pero las diferencias culturales se mantienen. El festival China Light demuestra, sin embargo, que incluso la brecha cultural puede superarse, utilizando expresiones culturales orientales para contar historias occidentales.
Dado que las culturas de Europa y las de Extremo Oriente se desarrollaron a gran distancia unas de otras, sus expresiones culturales se han ido diferenciando enormemente a lo largo de los milenios. En comparación con el tiempo que han tenido para desarrollarse, el tiempo que estas culturas han estado en contacto entre sí ha sido relativamente corto. En los últimos siglos, sin embargo, los avances tecnológicos han acortado las distancias entre culturas que antes estaban fuera del alcance de las demás. Aunque el comercio entre Oriente y Occidente ha existido desde la Antigüedad, el tiempo que tardaban los viajeros en viajar entre, por ejemplo, París y Pekín, se ha convertido recientemente en cuestión de horas, en lugar de semanas o incluso meses.
Lazos de amistad
Ahora que estas culturas lejanas están a la vuelta de la esquina, por así decirlo, se nos recuerda con más frecuencia la distancia en términos de cultura, que tarda más tiempo en ponerse al día. Afortunadamente, esta distancia no es imposible de superar, y el creciente contacto y los viajes entre Oriente y Occidente se traducen cada vez más en lazos de amistad y muestras de interés mutuo. Este creciente vínculo va mucho más allá de la mera esfera comercial, y los eventos recurrentes organizados por China Light son un excelente ejemplo de este abrazo de culturas.
Mundos mágicos de luz 2020 Halle
Uno de estos eventos, los Mundos de Luz Mágicos 2020 en el Zoo Halle de Alemania a principios de este año, dejó bien claro que estas dos culturas son más compatibles de lo que uno podría pensar. En lugar de recurrir a la mitología y simbología chinas y asiáticas, se utilizaron escenas y figuras de leyendas occidentales. Se aprovechó el arte de los faroles asiáticos para dar vida a las historias occidentales. Los ejemplos eran leyendas antiguas como la Mesa Redonda del Rey Arturo y representaciones de dragones al estilo europeo, pero también imágenes más modernas, como el Espantapájaros del Mago de Oz. Los visitantes quedaron deslumbrados por un unicornio linterna y cautivados por Caperucita Roja, enfrentada al Lobo.
Puede que nuestras culturas hayan surgido lejos unas de otras, y aún estamos conociéndonos. Pero gracias a la magia de la luz y el arte, las culturas oriental y occidental pueden fusionarse. Fusionando nuestras historias y nuestras culturas en este tipo de producciones y eventos, nos acercamos a un futuro en el que ya no somos extraños, sino buenos amigos.